Cómo se forman nuestras emociones

En la milenaria medicina tradicional china se clasifican los diferentes órganos del cuerpo de acuerdo a los grupos energéticos, atribuyéndoles diferentes emociones en función del estado de salud.

Cada alimento y bebida produce unas reacciones específicas en cada uno de nuestros órganos, generando energía y salud o debilidad y enfermedad.

¿De dónde provienen nuestras emociones?

Tienen dos procedencias principales:

  • Según la calidad de nuestros pensamientos, se generan emociones positivas o negativas. ¡Somos lo que pensamos! ¿Y de dónde proceden nuestros pensamientos? De las creencias que tenemos de nosotros mismos, formadas por las experiencias que nos han marcado a lo largo de nuestra vida.
  • Las emociones o energías en movimiento también se pueden formar a través de la calidad de vibración que escojamos a diario en forma de alimentos. Estos alimentos afectarán de un modo positivo o negativo a cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, generando su propio lenguaje emocional de aceptación/salud o de descontento/desequilibrio.

Emociones, órganos y alimentos

Según su estado de salud, cada órgano vibra de una forma específica, generando emociones positivas o de desequilibrio. Es una rueda sin fin, un pez que se muerde la cola. Según lo que comemos y bebemos, creamos emociones generadas por el estado de salud de nuestros órganos vitales, pero al mismo tiempo, las emociones se crean a partir de nuestros pensamientos. Así pues, es importante mantenernos conscientes y presentes en nuestra vida escogiendo a cada momento  «la calidad» en alimentos y pensamientos para que nuestras emociones sean preferiblemente de estabilidad y armonía.

Existen dos órganos que están ligados muy estrechamente a ciertas emociones: los riñones y el hígado. Por ejemplo, si tenemos unos riñones débiles, tendremos miedo a la vida, falta de autoconfianza, no habrá espíritu de aventura, ni energía o coraje para emprender cosas nuevas en la vida. De la misma forma, si tenemos el hígado bloqueado, sentiremos ira, agresividad, impaciencia, rigidez, desearemos controlar todo lo que nos rodea.

En general, la deficiencia de los riñones, el bloqueo del hígado y la vesícula biliar son bastantes frecuentes en la población actualmente. Esto se debe a la alimentación extrema, llena de estimulantes, excitantes, colorantes, potenciadores del sabor y aditivos, como el glutamato monosódico, muy presente en aperitivos, salchichas y snacks.  Debemos añadir, además del  desorden caótico a la hora de alimentarnos, la falta de disciplina horaria, la ausencia de planificación de los menús semanales y el desconocimiento de una dieta más consciente, natural y equilibrada, basada en productos naturales, ecológicos, frescos, de proximidad y de temporada, que favorezca una alimentación más respetuosa y sostenible para los seres vivos y para el  medio ambiente.

Una alimentación natural y ecológica, en la cual se dé prioridad al consumo de alimentos vegetales, se fundamenta principalmente en el consumo de cereales integrales, legumbres, verduras y frutas locales y de temporada, frutos secos, semillas oleaginosas, algas (también conocidas como las verduras del mar), alimentos fermentados,  y germinados.

Aquellas personas que requieran un aporte extra de proteínas o un consumo de proteína de origen animal por diferentes razones, lo recomendable es consumir pescados salvajes, pescado azul rico en omega 3, y evitar los peces grandes tipo atún o bonito, por su gran contenido en mercurio y metales pesados. Otra buena opción de proteína animal es el consumo moderado de huevos ecológicos, quesos artesanos con leche cruda y de cultivo ecológico a ser posible, y ocasionalmente, pollo ecológico, para evitar el consumo de hormonas, medicamentos y piensos de mala calidad que se le suministran a este animal.

Según la medicina tradicional china, podemos tener en cuenta nuestro estado anímico y físico para elegir el alimento más adecuado en cada momento. Si nos sentimos tensos y estresados, nos ayudará una alimentación más vegetariana, rica en agua y en azucares naturales. Si nuestro estado es de dispersión, el consumo de cereales integrales y un aporte proteico nos ayudará a tomar tierra de nuevo.

Hay muchas fórmulas, todas ellas válidas y respetables, nuestra tarea es no dar nada por sentado e ir probando las diferentes opciones hasta encontrar aquello que más resuena con nosotros en estos momentos y favorece la formación de emociones sanas y placenteras.

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